Sobre los mapas que perdemos.

Leo a Roland Barthes: "Leer un país es primero percibirlo según el cuerpo y la memoria, según la memoria del cuerpo. Yo creo que es en este vestíbulo del saber y del análisis donde está asignado el escritor: más consciente que competente, consciente de los intersticios de la competencia. Es por eso que la infancia es la vía real por la que conocemos mejor un país. En el fondo, no existe otro país que el de la infancia.".

Y, añadiría, el mapa de dicho país es indescifrable a pesar de su aparente sencillez porque nada de lo que se recuerda es cierto y las secuelas de los acontecimientos vividos discurren por las aguas subterráneas del inconsciente. Quizá el escritor necesite, ahora más que nunca, un traje de buzo.
Marlo
(perdida en un mapa de bolsillo)

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